Nacemos gracias al impulso biológico de nuestros padres, digamos que se nos asignan los padres por una cuestión del azar y que además heredaremos sus genes. Con ello se nos determinará el estar bajo la influencia de sus costumbres, hábitos, creencias y todo lo que les rodee a nuestra familia biológica. Esta influencia familiar podrá ser saludable o podría no serlo y lógicamente esto no lo podemos elegir, aunque, si es posible cambiarlos en otras etapas mas avanzadas del desarrollo de la persona mediante terapia.
Sin embargo, si que podemos elegir nuestras actividades, nuestras amistades y como cuidarse a uno mismo (en etapas de desarrollo como la adolescencia o la madurez), y como dice Gregorio de Nisa, moldeándonos según el modelo que vamos a escoger y que nos puede llevar a un «nacimiento espiritual», creando unos nuevos vínculos que formarán parte de una «nueva familia«. Este «nacimiento espiritual» hace referencia a la congruencia entre pensamiento y acción y esta «nueva familia» ahce referencia a vinculos de apoyo y afecto.
El nacimiento, en sentido espiritual, es el resultado de una elección libre, y así, en cierto sentido, nosotros somos nuestros mismos padres, nos creamos a nosotros mismos, tal y como queremos ser, y por nuestra voluntad nos modelamos de acuerdo con el modelo que hemos escogido
Gregoria de Nisa, 330-400 D.C.
Así pues, es importante reflexionar sinceramente, hacer un viaje introspectivo, mirar hacia adentro, mirar a las profundidades de tu alma para reconocer: lo que quieres y lo que no quieres en tu vida, lo que has hecho bien y lo que has hecho mal, las repercusiones que tienen tus actos sobre ti y sobre los demás, que tipo de ideas abrazas mentalmente y si tus acciones son congruentes con ellas…, sobretodo ojo con las imposiciones de la sociedad del consumo que nos influyen en nuestra identidad! Nos hacen creer cosas que queremos ser pero en realidad no lo queremos!
Estas elecciones que podemos hacer, es un poder que poseemos todos y que nos permite escoger lo que queremos ser mediante un análisis introspectivo, que se irá regulando y moldeando gracias a la toma de decisiones y que mediante la acción las convertimos en una realidad o que al menos nos acercaremos a ella.
A la creación de estos nuevos vínculos, nos referimos a las relaciones con nuestros amigos compartiendo nuestras vivencias, la realización de actividades como el baile o el deporte, cuidarnos con una alimentación sana, etc. y por supuesto, todo ello bajo las máximas de reciprocidad mutua y relación sana.
José C. Núñez Cumella